jueves, 7 de junio de 2012

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Donde mueren los sonidos I

San Toribio estoy cubierto de sangre imaginaria de la matanza imaginaria. Nuevamente aquel sueño de sangre sudor, gritos, sol, rio y llanto. Los indígenas lanzando flechas a los blancos, colorados de ojos azules, de hablar diferente como los ven los indígenas. Invasores crueles según ellos. No es crueldad San Toribio, es predominio del más fuerte. Bajo ese concepto los blancos portaban armas de fuego que aquellos nativos jamás habían visto. Son las reglas de la guerra.

Yo estaba entre los blancos matando, descuartizando y violando a las mujeres, en ese orden. No puedo mentirte San Toribio, se siente increíble, con poder. El poder de matar es el mejor poder, tú lo sabes muy bien, matas casi todos los días. Juegas con tu presa un rato hasta que le das el zarpazo definitivo. Yo hago lo mismo en cada ocasión, los nativos corren, yo los persigo y les disparo, me abalanzo con el machete y corto brazos y piernas. Le saco el corazón y me lo como luego lo destripo dejando su piel secar al sol. Las mujeres, apetecibles, sobre todo las niñas y los niños, me abalanzo y deberías ver las cosas que les hago. San Toribio, es un sueño increíble.

Pero es un sueño, San Toribio, soñar no le hace daño a nadie. Mientras yo mantenga mis sueños en su lugar no pasara nada. Puedo llevar una vida normal. Y necesito llevar una vida normal, en estos tiempos nos ven mal. Unos estúpidos que no saben hacer las cosas. San Toribio yo te tengo confianza por eso te cuento todo. Yo estuve con varios niños, pero me asegure de que nunca digan nada. El secreto está en saber escogerlos, mejor si son drogadictos, pordioseros, a esos nadie les cree. Además a estas alturas los tres chibolos de la última vez ya deben estar muertos o a punto de morir. Qué más da.

Qué tarde es, no me había percatado de la hora. Temprano tengo que ir a la iglesia, la maldita misa a los fumones. Si fuera por mí me libraría de ellos, pero lamentablemente los necesito. San Toribio, si encuentras una mejor manera de obtener donaciones bienvenido sea. No, es jodido pero todos tenemos que hacerlo, de lo contrario nos vamos al carajo. No basta con las limosnas, son las donaciones las que nos dan ese extra que necesitamos. ¿Eso es una rata? No lo parece ¿En que momento la cazaste?

San Toribio me gustaría salir, a estas horas las putas están dando vueltas en la plaza de Armas. Una fantasía que tengo es hacer que una se suba a mi auto, llevarla a la carretera donde no haya nadie y tirármela de tal manera que sea ella quien me pague. Me gustaría pero mi maldito auto lo conoce todo el mundo en esta puta ciudad. Te imaginas el chongo que se armaría si alguien me descubriera. Que mierda, no puedo ni llevarla a un hotel porque algún pendejo me reconocería, no puedo ir a ninguna parte sin correr el riesgo de que me reconozcan. Por eso adoro tanto ese sueño, la mejor parte es cuando me tiro a las nativas, es mía su virginidad. A propósito, eso que hago a veces se llama masturbarse, gato falto de mundo.

En serio, ¿qué es eso? eso no es una rata, déjame ver, anda déjate de huevadas. Qué, qué… ¡Es un maldito dedo!… ¿De donde sacaste ese puto dedo? ¡Qué carajo!, ese rastro de sangre. ¿San Toribio que hiciste? No, no, no pudiste hacerlo tú. No me digas que en el congelador. Maldita sea, esto es un desastre, ¿dónde esta su cabeza? Que asco mierda, es un desastre, eso no se va a quitar con solo una esponja. San Toribio, es la chica de las limosnas, ¿te acuerdas? La que quería ser mi monaguillo.

Ah, carajo… San Toribio, creo que tendremos un paseo nocturno, solo déjame buscar la pala.